jueves, 8 de octubre de 2009

Sin destinos precisos.

Será el silencio cálido

que esta noche

nos perdone todo

será la humedad de la lluvia

la única que se atreva

a contar nuestra historia.

Te esperé mi amor,

para volar contigo al cosmos

te esperé para desayunar

y ahora es que estoy tan sola,

que no me queda otro consuelo

que seguir esperándote

para que no llegues,

y en la ausencia

me desnudes con las pupilas

y me acaricies con el rubor de tu piel,

mezclado con llanto.

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