Se acerca la hora,
y como aquel regalo indescifrable
que escapa de mi boca;
el destello perfumado
que se quedó a mi lado por siempre.
Quedamos dolidos de los costados,
por las mil veces que perdimos
la batalla
que se desojó entre líneas.
Este ruido no me dejará escucharte…
y este día, este día, mi amor…
es casi tan fresco
como aquel en que derrochamos l
a brisa y el llanto.
En que en una cápsula de agua,
decidimos ahogarnos
y morir para siempre.
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